El cementerio de la Purísima Concepción en El Telegrama del Rif
A lo largo de su existencia el periódico local se hizo eco de noticias referentes al cementerio de la Purísima Concepción. He aquí alguna de ellas.
En la edición de 23 de febrero de 1904 se publicaba el traslado desde San Carlos:
“Ayer mañana se celebraron en la Iglesia Parroquial solemnes funerales en sufragio de los difuntos que yacían en el Cementerio antiguo, y cuyos restos mortales no han sido reclamados por las familias, entre los que se encontraban los del Capitán de Artillería señor Lasaleta, muerto en la batería de Muralla Real en 1848.
Por la tarde se verificó el traslado de restos al cementerio de la Purísima Concepción.
Ambos actos fueron presididos por los Excelentísimos Sres. Comandante General segundo Jefe y Vicario Castrense, asistiendo comisiones de todos los cuerpos y dependencias de la guarnición y de la Junta de Arbitrios, todos los jefes y oficiales de Artillería, y buen número de paisanos.
El túmulo levantado para los funerales, era tan artístico como severo.
Los restos del Capitán Lasaleta, encerrados en preciosa caja construida en el Parque de Artillería de esta Plaza, fueron conducidos en un carro de sección de Artillería, exornado con exquisito gusto por el Capitán Sr. Ureta y Teniente Sr. Castro. Preciosa corona de flores naturales y una muy valiosa de flores artificiales, fueron colocadas sobre la caja funeraria.
Los restos de los demás difuntos se encerraron en sencillas cajas, sobre las que fueron colocadas coronas de flores naturales.
Una compañía del Batallón de Artillería, al mando del Capitán Sr. Villaralbo y precedida de la música de Melilla 1, hizo al cadáver del Capitán Lasaleta los honores de ordenanza.
En el panteón de las víctimas del 93 fueron depositados los restos del Capitán de Artillería, y los demás finados en una fosa próxima al indicado mausoleo.”
En enero de 1911 los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia visitaban Melilla. El día 7 el monarca se desplazó al cementerio de la ciudad. La noticia, aparecía reflejada en el periódico local:
“Visita al Mausoleo
A las cuatro de la tarde llegó Su Majestad el rey a las alturas del Cementerio en que se va a levantar el mausoleo.
Cubrían la carrera fuerzas de la guardia civil y de la policía indígena, viéndose inmenso gentío en todo el trayecto, que no cesó de ovacionar al Monarca.
Seguido de la Escolta Real llegó Don Alfonso a caballo acompañado de los generales Aldave, Sánchez Comea, González Parrado, Arizón, Real, Jordana.
En 1915 parecieron tener serias dificultades para llevar a cabo ampliaciones en el mismo. Así se hace saber con fecha 2 de junio de 1915:
“Obras en Melilla. Un nuevo cementerio
Las dificultades de ampliar el actual Cementerio de la Purísima Concepción situado en el final del Barrio del Carmen de nuestra ciudad, y por otro lado la considerable distancia a que se encuentra de él los Barrios del Real y del Hipódromo, hizo concebir la idea de construir en aquellas inmediaciones una nueva Necrópolis.
La Sección de Ingenieros de nuestra Corporación municipal, a cuyo frente se hallan los Ingenieros señores Abenia y Moreno Lázaro, hizo los estudios correspondientes pasando los planos a informe de la Junta de Sanidad de la Plaza.
Esta deberá emitir informe antes de que den principio los trabajos.
Según nuestras noticias, el nuevo Cementerio será emplazo en la llanura de Mezquita, inmediato a la fábrica de explosivos, en donde se han demarcado los terrenos necesarios.
La medida es muy de elogiar, pues viene a conjurar un conflicto que a la larga se hubiera presentado, pues cada vez va siendo más reducido el terreno de que para enterramientos se dispone en el Cementerio antiguo, en el que gran número de sepulturas están adquiridas a perpetuidad.”
En la edición del 26 de marzo de 1922 se trataba la necesidad de un nuevo cementerio:
“La necrópolis construida al final de la cañada del Carmen para las necesidades de la vieja población de Melilla fue preciso ensancharla con motivo del aumento de población que trajo como consecuencia la campaña de 1909.
Posteriormente hubo que dar nuevos ensanches, pues como el número de enterramientos aumentaba no sólo en proporción al vecindario, sino con los que eran consecuencia de la acción armada en el territorio, unido a ello el que la propiedad de nichos y sepulturas ha estado a precios muy reducidos rápidamente las sucesivas ampliaciones se iban llenando.
No hace muchos años, pensose en establecer el cementerio en territorio del protectorado, en las proximidades de la Primera Caseta, llegándose a delimitar el terreno y hasta acordar la compra de las parcelas a los indígenas propietarios.
Después hubo de desistirse el emplazamiento en el sitio ya demarcado, ordenando la superioridad que se buscara otro dentro del territorio de soberanía.
Como esta tramitación fue larga, se dio una última ampliación al Campo Santo, llegando casi al borde mismo de la batería de costa de Ataque Seco.
Pero esa ampliación, que hubiera bastado para unos cuantos años, de seguir el número de enterramientos normales, va llenándose rápidamente con las bajas que origina la actual campaña.
Difícilmente podrá darse más superficie al cementerio, y de hacerlo, las obras serían costosísimas, por cuya razón estimamos es necesario que la Corporación Municipal vaya ocupándose de elegir nuevo emplazamiento y de llenar los trámites que sean precisos antes que la realidad imponga un serio conflicto.
Aunque lo más práctico sería, construir naves de nichos adosados a los muros, pues el sistema de las sepulturas en tierra, preconizado un día, ha tenido que abandonarse en nuestras localidades.
De otra suerte, las ciudades de los muertos necesitarían mayor extensión que la de los vivos.
[Bibliografía: Isabel Migallón Aguilar, Eduardo Sar Quintas. La impronta militar en el cementerio de Melilla. Comandancia General de Melilla.2013
Isabel Migallón Aguilar, Eduardo Sar Quintas. Panteón de Héroes. I Centenario (1915-2015) Comandancia General de Melilla.2015
Antonio Bravo Nieto. La construcción de una ciudad europea en el contexto norteafricano. Ciudad Autónoma de Melilla- Universidad de Málaga.1996
Melilla. Memoria de una ciudad en ciernes.1927-1930. Consejería de Cultura y Festejos.2012.
José Palma Román. Memorias de un currante. Como triunfar sin padrinos (1905-1995). Consejería de Cultura.2000]