Conociendo nuestro patrimonio El Teatro Kursaal (II)

En 2016 la Consejería de Cultura y Festejos publicaba un monográfico sobre el Teatro Kursaal, de esta obra hemos entresacado algunos capítulos:

“La Génesis del Proyecto y su Construcción.-

El Kursaal fue un proyecto empresarial que arranca desde 1912, año en el que se levantaba en una de las manzanas del ensanche central de Melilla un pabellón de espectáculos erigido con materiales no permanentes.

Este teatro provisional atraía al publico melillense que deseaba contemplar los espectáculos de diferentes compañías de variedades y en el que también se realizaban algunas proyecciones cinematográficas.

Desde 1922 propietario del solar y empresario, Rafael Rico Albert, animado por el auge social que el cine iba adquiriendo, lo dedico exclusivamente a sala de proyección y a finales de este decenio decidió renovar estas instalaciones de madera e invertir en la construcción de un edificio de gran monumentalidad.

El arquitecto elegido para realizar el encargo fue el técnico barcelonés, afincado en Melilla, Enrique Nieto y Nieto que ejecuto el proyecto de teatro y la dirección de las obras de su construcción.

Enrique Nieto firma el proyecto en diciembre de 1929, cuando ya era un profesional totalmente consagrado en la ciudad donde había construido numerosos e importantes edificios.

En su propuesta podemos observar una serie de características que definen claramente el edificio en sus líneas decorativas fundamentales, marcadas por lo detalles ornamentales geométricos que generan una concepción monumentalista de la obra.

El contratista de los trabajos fue Pedro Martínez Rosa, uno de los principales empresarios del sector y colaborador habitual de Nieto, actuando en la carpintería Adolfo Hernández y en la ornamentación Vicente Maeso, que también había colaborado ampliamente con el arquitecto Nieto en proyectos anteriores.

Salvados los correspondientes permisos, en mayo de 1930 se iniciaba el derribo del antiguo salón provisional y comenzaban las obras del nuevo edificio.

El Kursaal comenzó a funcionar de forma provisional en el mismo año 1930, aunque las obras y el acondicionamiento definitivo se remataron en 1931.

Se trata de un edificio situado en un lugar estratégico del ensanche, entre las calles Pablo Vallescá y la de Joaquín Costa (posteriormente Candido Lobera ) a la que tendría su fachada principal.

Respecto al estilo elegido, habría que realizar algunas apreciaciones que nos permitan entender sus formas y porque fueron elegidos. Enrique Nieto había sido en Melilla el defensor a ultranza de un modernismo floral muy en la línea de las obras de Lluis Domenech i Montaner, pero ya en los años veinte había variado sus códigos estéticos y ensayaba nuevas formulaciones que, sin renunciar al modernismo, le alejaban de los postulados mas florales de este.

Por estas fechas, se apreciaba la necesidad de abandonar esta línea, pero no existía ninguna condición para rechazar en si mismo el concepto de una arquitectura ornamentada. Por esa razón, Nieto elige para la fachada principal (calle Cándido Lobera ) un planteamiento sobrio, con un rotundo cuerpo central abierto con gran vano en arco segmentado y compartimentado (al gusto de la corriente modernista mas centroeuropea), que servía de asiento a una rotunda hilera de pilares que soportan un entablamento con pequeño frontón ligeramente curvado y un potente remate con pináculos de gran esbeltez.

Por su parte, una discreta balconada curva, daba el contrapunto horizontal necesario en la composición. Los cuerpos simétricos laterales de esta fachada principal, mucho mas discretos en su concepción, se asumen con un gran vano muy estilizado verticalmente entre potentes pilares de orden gigante que rematan en pináculos romos.

No faltan de todos modos algunos elementos florales muy contenidos, en la coronación de las pilastras o en los detalles de sobreventanas. La visión general de la fachada ofrece un impecable ritmo modernista en la ondulación de los cávanos principales, pero sin romper el esquema geométrico y lineal del conjunto.

Estos modelos compositivos tienen sus raíces mas directas en la arquitectura modernista centroeuropea, mas concretamente en la Sezession vienesa, que aporta el ideal de la geometría ornamental al servicio de la elegancia.

Sus formas fueron ampliamente difundidas `por toda Europa y por España, donde encontramos su huella en diferentes arquitecturas ya desde el primer decenio del siglo XX.

La fachada del Kurssal nos recuerda la composición de vano segmento compartimentado por pilares que aparece en diferentes edificios de gran envergadura y en arquitecturas industriales.

Por poner un ejemplo alejado de la realidad melillense, citaremos un proyecto del arquitecto Julio Galán para el cine Teatro en el parque de San Francisco de Oviedo, estudiado por la profesora Maria Cruz Morales Saro.

También existen en Melilla varias arquitecturas fabriles en el barrio Industrial que siguen el mismo esquema secesionista, algunas ya desaparecidas, conservándose los Almacenes Montes como el edificio mas singular que sigue estos parámetros.

La fachada lateral del Kurssal, calle Pablo Vallesca, se despliega en un espacio mayor y aparece determinada por un ritmo vertical formado mediante estrechos vanos muy alargados entre grandes pilastras que rematan por encima del entablamento en pináculos de coronación roma.

A su vez, una moldura a modo de bocel recorre horizontalmente las dos fachadas abrazando los arcos superiores de los vanos y confiriendo un elemento de equilibrio compositivo en un conjunto que potencia sobre todo los elementos verticales.

Es obvio, por tanto, que el programa decorativo que presenta el edificio nos lleva hacia vertientes muy geométricas de la ornamentación modernista, que sin desterrar totalmente sus formas, si que llegan a simplificar sus motivos, con vanos curvados y roleos simples.

Enrique Nieto no quiso o no pudo desplegar en esta obra un lenguaje art deco que ya se imponía en buena parte de Europa, y prefirió utilizar formas del modernismo centroeuropeo que se adaptan al ideal de sobriedad y geometrización que empezaba a imponerse por entonces.

La Sezession, a finales de los años veinte podía entenderse como una tendencia general que si no encajaba totalmente dentro del art deco, si podía considerarse como convergente con el .

Nieto elabora el proyecto en un momento en el que no ha ensayado suficientemente la nueva tendencia decorativa, por lo que prescinde totalmente de sus motivos a la hora de plantear el programa decorativo de este edificio.

Sin embargo, un año después, el arquitecto Lorenzo Ros va a realizar un extraordinario despliegue de arquitectura y motivos art deco en el cine Monumental, a escasos metros del anterior, demostrando que el modernismo, en cualquiera de sus vertientes, había sido desplazado por una nueva sensibilidad decorativa.

El estudio de la documentación y de los proyectos originales nos sitúa ante un edificio ejecutado en dos momentos diferentes, uno en el proyecto firmado en 1929 y el segundo que se realiza en 1934.

En el primer proyecto Nieto diseña el cuerpo principal del edificio, con sus dos fachadas, la principal a Cándido Lobera y lateral a Pablo Vallescá, la parte del vestíbulo, patio de butacas, los dos pisos de palcos y parte del escenario, que son construidos como edificio anexo al anterior, ofreciendo una fachada también con vista a Pablo Vallescá muy desornamentada y sobria que no sigue el ritmo del cuerpo principal.

La estructura del edificio se basa en el elemento muy sólido: muros maestros de ladrillos y mampostería de gran capacidad, y estructura interior sustentada fundamentalmente en elementos metálicos: pilares, columnas y vigas de hierro.

No sabemos muy bien por que razón el propietario, Rafael Albert, no planteo unitariamente el edificio y encargo dos proyectos consecutivos en el tiempo: en diciembre de 1929 el primer proyecto, correspondientes a la parte principal y mas noble del edificio y, en noviembre de 1934, el segundo, concerniente al solar trasero al teatro, donde irían situados todos los camerinos.

El teatro fue inaugurado provisionalmente en 1930 y en abril de 1931 se realiza la proyección de la primera película.

En 1935 se inauguró la segunda fase de obras, las del nuevo escenario, completándose en ese año la construcción en su estado definitivo.

Diremos que estamos ante un mismo edificio concebido en dos momentos distintos, con dos proyectos diferentes, pero con una unidad cronológica en el desarrollo de las obras, fruto posible de las expectativas comerciales del propietario que iría determinando el encargo al arquitecto.

Un aspecto interesante que conviene destacar es la dualidad que desde el principio del encargo va a producirse en la concepción del edificio:¿ teatro o cine? Esta dualidad, ha generado a lo largo de la historia del Kurssal ciertos problemas, reformas, actuaciones y modificaciones a los proyectos originales, debido a la incompatibilidad que a veces se genera entre ambos usos. Iremos desarrollando este problema a lo largo de estas notas, pero interesa plantearlo aquí como punto de partida, puesto que es una premisa importante a la hora de entender la recuperación actual del edificio.

El edificio original constaba de un gran patio de butacas en el bajo, una galería de butacas de Principal en el piso primero y otra en el segundo de General. Estos dos pisos disponían de palcos sobre ménsulas que asumían una planta de formas curvas en sus laterales, de elegante diseño.

También contaba el teatro con dos palcos en el proscenio, a cada lado del escenario, dispuesto en dos pisos y de planta curva, que permitiría una privilegiada asistencia a las representaciones laterales. Estaban ricamente decorados si nos atenemos al proyecto original, con columnas o pilastras ornamentadas con cierta elegancia.

La decoración interior era simple pero destacaban algunos detalles en los palcos y sobre todo en los proscenios. Los muros laterales de la gran sala disponían de pilastras adosadas de orden gigante y remate con detalle modernistas, y entre paños unos vanos simulados con remate curvo, muy similares a los dispuestos en el exterior, con paños decorativos de celosía.

Por otra parte, nos encontramos ante un edificio de gran envergadura, de unos 23.000 metros cúbicos edificados y que en algunos momentos de su historia , sumando todas las butacas del patio del principal, y del general, hacían posible una capacidad de 2.000 localidades de aforo sentado. Sin duda una obra singular con vocación de monumentalidad.

Las transformaciones del edificio.-

El teatro Kursaal ha sufrido a lo largo de su historia algunas transformaciones que deben ser estudiadas, puesto que explican diversas circunstancias que No pueden ignorar y que permiten hacer comprensible la forma en la que esta arquitectura llego hasta su total renovación actual. La primera reforma que sufrió el edificio vino dada por el hecho de no contar en el proyecto inicial con la existencia de una cabina de proyección cinematográfica, lo que exigió posteriormente que se tuviera que construir de forma superpuesta al proyecto original.

También sufrió transformaciones propias de los tiempos difíciles que determinaron la historia española de los años treinta y, así, durante la guerra civil cambio el nombre de Kursaal pasando a llamarse Nacional, denominación mas acorde con los nuevos aires triunfalistas que se respiraban por todo el país.

Durante los años treinta y cuarenta el edificio no sufre modificaciones notables y en una fotografía de 1944 tenemos una vista del interior antes de las agresivas transformaciones posteriores.

Observamos en esta imagen, tomada desde el escenario, dos pisos de palcos: el principal y el general, con la planta curvada en los extremos mas cercanos a los muros laterales y apoyados sobre ménsulas muy alargadas, así como ciertos detalles decorativos en el frontal de los palcos. Respecto a las paredes maestras, se mantenían como se proyectaran en 1929: grandes pilares recorrían los muros hasta el nivel de cornisa, con las características líneas secesionistas en su parte superior.

Desde la línea de cornisa arrancaba un falso techo como bóveda rebajada, con arcos fajones de escayola que volteaban desde las pilastras. Techo del que pendían varias lámparas.

A partir de los años cincuenta comienzan a producirse algunas transformaciones significativas. El edificio, concebido fundamentalmente como teatro, ofrecía algunos problemas de visualidad que se intentaron solucionar mediante varias obras posteriores.

La imposición del cine frente al teatro empezaban ahora a ser prioritarios, como el tamaño de la pantalla para proyección de las películas, puesto que la embocadura original era excesivamente pequeñas para sistemas panorámicos o de cinemascope.

La evolución de la propia industria cinematográfica exigió reformas que son las que han dado lugar al edificio tal y como llego hasta el momento de su renovación. De este periodo es interesante un proyecto que estudia precisamente el tamaño de la embocadura y pantalla y su necesaria ampliación, lo que finalmente conllevaría la supresión de importantes elementos del interior.

En 1951 se realiza una importante reforma de la decoración interior y se suprimen los detalles ornamentales realizados por Enrique Nieto en 1992.

Así se “modernizaba“ el cine, ganando en elegancia y en calidad de los nuevos materiales utilizados, pero a costa de los detalles ornamentales originales, desapareciendo la forma de las pilastras, la decoración de los vanos entre paños y los detalles de remate curvo.

La obra represento una nueva forma de decoración con escayolas, luces, molduras y telas, realizada por un prestigioso decorador levantino llamado Pedro Antonio Esteban Aroca, que remodelo visualmente el interior del cine de acuerdo a los gustos imperantes en los años cincuenta.

Se realizaron nuevas todas las molduras, recubrimiento de corcho para potenciar la sonoridad, y la lámpara central como espejo de seis metros de diámetro. Es evidente que el edificio ganaba en comodidad y asumía una nueva estética muy elegante, pero perdía una decoración original que contextualizaba el interior con el estilo del exterior.

Los palcos proscenios dejaron de tener sentido en un momento en el que el teatro ya no tenia la importancia del pasado y el cine se imponía como espectáculo de masas, por lo que se cegaron estos palcos junto al escenario, aunque durante unos años se mantuvo curiosamente su volumetría.

A estos proscenios se accedía por escaleras independientes y a pesar de que quedar obsoletos por la exigencia de crecimiento de la pantalla, daban un carácter muy especial al escenario. Todavía en fotos de 1969 podemos apreciar su espacio volumétrico en los laterales del escenario, ya convertido completamente en pantalla.”

En 2005 el teatro fue adquirido por la Ciudad Autónoma. Entre los años 2010 y 2011 se procedió a su reconstrucción.

El 25 de octubre de 2017 se “rebautizó” con el nombre de Teatro Kursaal Fernando Arrabal. En el acto se contó con la presencia del escritor y su esposa.

La noticia fue recogida por los medios de comunicación locales. Melillamedia.es publicaba unas líneas que comenzaban del siguiente modo:

 

“El jueves 25 de octubre de 2017 es un día histórico para la cultura melillense. Desde hoy su faro principal, el antiguo Cine Nacional, pasa a denominarse Teatro Kursaal Fernando Arrabal, rindiendo así homenaje al insigne dramaturgo, al prolífico creador que nació en Melilla el 11 de agosto de 1932 y que hoy ha regresado a su tierrar para recibir un merecido tributo…”

[Bibliografía: Salvador Gallego Aranda. Enrique Nieto. Un paseo por su arquitectura. Fundación Melilla Ciudad Monumental. 2010

El teatro Kursaal de Melilla. Consejería de Cultura y Festejos de Melilla.2016

Antonio Bravo Nieto. El problema de las transformaciones de cines y teatros en España. La metamorfosis de un edificio emblemático: de Teatro Kursaal a Cine NacionalBoletín de Arte nº 28. Universidad de Málaga.2007]

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