Donde hoy se halla enclavado el Colegio Público Mediterráneo en el barrio del Polígono, en los primeros años del siglo XX se erigió la Enfermería indígena, una bella construcción de estilo neoárabe de la que aún se conservan algunos vestigios.
El cronista oficial de la ciudad y doctor en historia, Antonio Bravo Nieto, en su obra La construcción de una ciudad europea en el contexto norteafricano, escribe sobre esta edificación:
“Esta enfermería, también denominada maristán, es obra de Manuel Becerra Fernández (1908), y formaría junto al zoco-fondak y unos silos, un conjunto que debía ofrecer servicios a los marroquíes que previsiblemente quisieran comerciar con la ciudad, constituyendo las tres obras un rotunco fracaso en cuanto a su finalidad.
El edificio se articulaba en dos naves de camas, separando a hombres y mujeres, con amplio patio interior. En la documentación que Manuel Becerra había acumulado para construir esta obra, afirmaba que nadie había hecho un estudio específico sobre el maristán, aunque apuntaba que debía ser un modelo de edificio con planta en cruz centrada en un patio, y cuyos brazos estarían cubiertos por bóvedas ojivales; este técnico incluso llegaba a criticar las disposiciones de algunos hospitales contemporáneos llevados a cabo por arquitectos franceses, denotando al mismo tiempo que conocía la obra de Pascal Coste sobre monumentos de El Cairo.”
En el mismo libro vuelve a aportar información sobre el que fuera centro sanitario cuando se refiere a la arquitectura neoárabe en Melilla:
“La obra de más envergadura de Manuel Becerra fue el Hospital Indígena o Maristán (Fig. 44), en cuya fachada se abría una portada con escalinata, formada por dos pares de columnitas que sustentaban un cuerpo superior, zócalos y azulejos que le daban un aire de cierta riqueza; la fachada estaba rematada por una comisa y coronamiento de almenas árabes, contrastando cromáticamente las dovelas de los arcos de herradura ligeramente apuntados.”
Salvador Gallego en su artículo sobre arquitectura neomusulmana melillense hace mención a esta obra que se comenzó en 1907 y finalizó en 1909; cuyo importe ascendió a 63.442,24 pts,
“La caracterización del lenguaje estilístico empleado es cierta, peor no creemos que dicha aseveración parta del análisis filológico de sus ornatos, cuyo resultado nos da, para el caso de la enfermería indígena (Bº Hebreo), todo un repertorio de elementos estructurales y decorativos de la más pura tradición del arte hispanomusulmán.
Así, sobre una plante en U, se distribuirán en su testero las oficinas y servicios centrales, y a los lados del patio interior dos pabellones o salas para hombres y mujeres, con veinte camas cada una, en entrepaños de tres metros.
En alzado, sobre el pinto corrido- 1 m. de hormigón hidráulico- del primer piso, la textura acanalada de sus paramentos cobija simétricamente unas ventanas que, guarnecidas por hojas de diseño romboidal, quedarán resaltadas por medio de jambas, de marcada lacería y arcos de herradura, con dovelaje en relieve.
La cornisa almenada del inmueble vuela sobre el desarrollo de modillones simulados, a modo de tejaroz, capitalizándose en el pórtico de entrada de flecha apuntada entre columnas geminadas con capiteles de compleja definición y placados geométricos en relieves bícromos que, reiterados en la fábrica sobre las columnas esquineras, acogen, en su frente adintelado o encabezamiento, la denominación del inmueble.
Sobre dicha enfermería, meses después Hospital de Infecciosos, intervendrá, también, el ingeniero D. Ramón Abenia con un anteproyecto de reparaciones- 9 de septiembre de 1912- cuya actuación se centra, principalmente, en la reforma de su planta.
Dada la presencia del alzado en la planimetría, es factible, en este momento, la acentuación de los elementos estructurales y de exorno, por medio del color, en su epidermis- plantabandas, dovelas, modillones, etc.”
Juan Díez en su blogspost El Heraldo de Melilla dedica un artículo al doctor Gustavo García Herrera. Malagueño de nacimiento cursa los estudios de Medicina en Madrid, pero debe interrumpir su formación para prestar el servicio militar en Melilla, como soldado de Sanidad en el que fuera antiguo Hospital Indígena:
“En este Hospital tuvo ocasión Gustavo García Herrera de conocer a numerosos enfermos y familiares de éstos de etnia bereber. Trabando amistad con algunos de ellos, quienes ilustraron de su rico acervo cultural, tan interesante como desconocido y subyugante para tan ilustrado como inquisitivo estudiante que está finalizando sus estudios.”
Tras su reconversión en centro de enseñanza como Escuela de Artes y Oficios antes de ser colegio de enseñanza primaria, se perdió la información que había en la fachada y que puede observarse en alguna fotografía antigua.
Además de HOSPITAL y el año, 1908, en la parte central figuraban las siguientes inscripciones de izquierda a derecha:
SIENDO MINISTRO DE FOMENTO D. AUGUSTO G(González) BESADA (Mein).
REINANDO S.M. DON ALFONSO XIII
SIENDO GOBERNADOR MILITAR D. JOSÉ MARINA
[Bibliografía: Antonio Bravo Nieto. La construcción de una ciudad europea en el contexto norteafricano. Ciudad Autónoma de Melilla.1996.
Salvador Gallego Aranda. Arquitectura neomusulmana melillense (1904-1924): ensayo de inventario I. Universidad de Granada, 1999.
Juan Díez Sánchez, Juan Daniel Sánchez González. El Heraldo de Melilla blogspost. ]