Este puente sobre el río de Oro fue construido en el primer tercio del siglo XX.
Si acudimos a Wikipedia con la intención de obtener información sobre su historia, hallamos los datos siguientes:
“Debido a la imposibilidad de vadear el río el 17 de septiembre de 1893, cuando robaron unas maderas en la Plaza de los Cárabos [¿playa?] se tendió un puente provisional que fue arrastrado al día siguiente, emplazándose otro de caballetes en un día que permaneció hasta 1909.
El 7 de enero de 1910 el Ministro de Fomento Gasset puso la primera piedra de un puente permanente terminado el 11 de junio de aquel año, construido por la Compañía Construcciones de Cemento con José Rivera a la cabeza y proyecto de Manuel Becerra, obra no de muy buena calidad, pues a los dos años ya presentaba algunas grietas por lo que fue parcheado de inmediato.
El 5 de abril de 1927 por iniciativa de Francisco Cuevas la Junta Municipal decide reparar y ampliar el puente, aunque las obras se paralizan por falta de fondos, reanudándose por Cándido Lobera, presidente de la Junta.”
Efectivamente, durante su visita a Melilla, el ministro Rafael Gasset puso la primera piedra de este puente. La noticia fue recogida por El Telegrama del Rif del día 8 de enero:
“El puente del General Marina
Desde el Cementerio, y acompañado de las mismas autoridades y comitiva se dirigió el Sr. Gasset a la desembocadura del Río de Oro, para colocar la primera piedra del puente que se va a levantar sobre dicho rio para la carretera de Melilla a Zeluán.
Allí aguardaban al ministro, el ayudante de Obras públicas Sr. Merino, y demás personal técnico de la Junta de Obras del Puerto.
Antes de dicha colocación el Sr. Gasset dijo: “Gran contraste, señores; venimos a rendir un homenaje de dolor intensísimo, en la casa de los muertos, los restos de nuestros héroes que viven en la inmortalidad, y ahora asistiendo a la inauguración de una obra que es prenda segura de paz, de prosperidad, mediante el esfuerzo del trabajo bien organizado y dirigido, que ahora nos corresponde a nosotros realizar, completando la enorme y patriótica labor realizada por nuestro esforzado ejército.
Nuestros militares fueron antes; nuestros ingenieros irán ahora, y hoy y siempre deben acudir a obra tan regeneradora cuantos signifiquen aquí algo y representen eficaces iniciativas.
Como reconocimiento del heroísmo y abnegación de nuestros generales, jefes, oficiales y soldados, y como justo enaltecimiento de su glorioso esfuerzo, propongo que a este puente cuyas obras vamos a inaugurar se le llame del “General Marina”.
El general Arizón se adelantó y dijo: “Permitidme, señor Ministro. Voy a contestar a vuestro elocuente discurso dándoos las gracias en nombre de mi jefe inmediato el general Marina.
Pero no basta. He de darlas también, en el del ejército de operaciones y si me atreviese a abrogarme su representación, las daría así mismo en nombre de todo el ejército español, que no es otra cosa que la vanguardia de la nación.
Habéis hablado de los heroísmos del ejército, de sus méritos y de sus proezas. Yo creo interpretar sus sentimientos, diciendo, que no ha hecho otra cosa que cumplir con su deber. Reconocéis sus hechos. Ello basta. Es la única recompensa a que aspira.
La magna labor aquí realizada no ha sido sólo obra del ejército. Si tenemos afilados nuestros sables y aguazadas sus puntas, es porque las afila y aguza el patriotismo que en vuestros pechos late, pues de vosotros venimos.
Sin el apoyo, sin el auxilio del elemento civil, no habría podido realizar esa obra, porque es y será siempre la reserva obligada del brazo militar de la nación.
Y como vosotros los paisanos sois los más en número, representáis verdaderamente la genuina esencia de la Patria.
Hago votos, señores, por la unión estrecha del pueblo y del Ejército y porque ese consorcio contribuya al engrandecimiento de la Patria. No hay vosotros y nosotros; todos somos uno para trabajar por su prosperidad.
Los concurrentes interrumpieron en distintos momentos con expresivos “bien, muy bien”, el elocuente discurso del general Gobernador, repitiéndolos muy entusiastas, al terminar.
Así mismo, oyó el Sr. Gasset idénticas muestras de entusiasmo, al final de sus hermosas y vibrantes oraciones.
El general Arizón- decían todos- se ha revelado como orador fácil y brillante.
Después invitado por el ingeniero jefe, Sr. Becerra, cortó una de las cuerdas de que pendía la piedra, quedando esta colocada en su sitio.
Entonces el ministro dijo: “En nombre de S.M. el Rey, declaro inauguradas las obras del puente del <General Marina>.
Dicha piedra tenía una inscripción que decía: “Obras inauguradas por el primer ministro de Fomento que vino a Melilla, Excmo. Sr. D. Rafael Gasset- Melilla 7 de Enero 1910.”
Transcurridos unos momentos, regresó el Sr. Gasset a su domicilio de la Junta de Obras del Puerto, despidiéndole el Sr. General Arizón y cuantos le acompañaban.
El Ministro había preguntado durante el trayecto del cementerio al puente, si en Melilla llevaba alguna obra los nombres del Rey o de la Reina y como contestara afirmativamente dijo: Pondremos al puente el nombre del General Marina.
El señor Arizón le hizo observar entonces que heriría su modestia, pues siempre se opuso a cosas análogas. El señor Gasset replicó: “Que me dispense, pero heriremos su modestia cumpliendo un deber de justicia.”
Sobre este puente escribe el doctor en Historia, Salvador Gallego Aranda en su obra Enrique Nieto en Melilla: la ciudad proyectada:
“Aprobado el proyecto de ampliación del puente a 28 de julio, con la transferencia del crédito necesario ( 77.891;01 pesetas ) para su ejecución por contrata, se procede, un mes y medio más tarde (10-IX), a la subasta de las obras que van a ser adjudicadas al contratista D. José Durán Sanabria.
El comienzo de las mismas, que tiene lugar el 10 de octubre del mismo año, cuenta con un plazo de ejecución de 4 meses (10-II- 9) quedará incumplido al terminarse el 21 de junio de 1929.
La recepción provisional, realizada al día siguiente – asistiendo como técnico el Sr. Jalvo, no se elevará a definitiva hasta doce meses más tarde ( 27- VI – 30 ), según el pliego de condiciones, siendo acordada por la Comisión Permanente a 10 de julio de 1930.
El proyecto firmado a 31 de julio de 1927 por el ingeniero de caminos D. Rafael Arizcum, resalta, en su memoria, la necesidad de ampliar el puente, para unificar, dentro de lo posible, su relación con el de las dos arterias principales General Polavieja (10m.) y Actor Tallaví (12 m.), donde se desarrolla el mayor tráfico de la ciudad.
Ampliadas las mismas, según sus necesidades, no se obtenía la finalidad de una circulación desahogada, al producirse un estrangulamiento por las dimensiones del puente (6m.), en la unión de ambas calles.
El objetivo, pues, era ensanchar las dimensiones de la pasarela a 13 metros (1.50 m. para cada acera y 10 m. para calzada ), conservando las mismas luces, rasantes y alineación que tenía en la parte de aguas abajo, y efectuando la ampliación señalada, por la superficie de aguas arriba. La razón es de índole económica, lo que también motiva el ensanche por uno de sus lados y la disposición en voladizo, mediante ménsula, de la acera que le corresponde.
El puente de hormigón, hierro y mampostería pavimentado con adoquín y losetas de cemento para la calzada y las aceras, respectivamente, se remata con una barandilla calada de hierro, marcada, en sus arranques, con cuatro farolas decorativas.
En la realización del citado proyecto, según el ingeniero Sr. Moreno, no figuraba partida alguna para suavizar las pendientes de acceso al puente y para su afirmado, así como la superestructura confeccionada no respondía, en ornamentación, al lugar donde iba a ir ubicada.
Para ello, propone la construcción de una plazoleta circular de acceso al puente, a 31 de julio de 1929, cuyo proyecto comprende, entre otras medidas, la instalación de cuatro farolas de fundición con basamento de bloque de piedra labrada y la sustitución de la baranda de hierro fundido por otra forja, que contenga los espesores y las resistencias convenientes. Ambas soluciones, serán probadas, a mediados de agosto del mismo año, por la Comisión Permanente.
Continuará…
