De este pequeño edificio de gran belleza ubicado en el barrio de Concepción Arenal, popularmente conocido como Barrio Obrero, solo queda el recuerdo que puede hacerse más tangible a través de alguna que otra fotografía.
Podría ser considerado como un centro de atención primaria de los que ahora tenemos. Debemos tener en cuenta que cuando se inauguró en 1916 aún no existía el hospital de la Cruz Roja, el más importante era el Central situado en Melilla la Vieja.
En la Casa de Socorro trabajaron los mejores profesionales de la sanidad del siglo XX en Melilla.
Sepamos de su historia gracias a lo que han escrito algunos historiadores como es el caso de Salvador Gallego Aranda:
“El año de 1915 es la fecha señalada para este despliegue de composiciones neomusulmanas en distintos proyectos que abarcarán hasta 1923. Nos referimos a trazados de distinta función y tipología que, con carácter oficial, dan carta de naturaleza, de un modo recurrente, a períodos peninsulares donde se complia desde el califal cordobés al nazarí granadino pasando, inexorablemente, por el almohade sevillano, bajo criterios de concepción marcados por lo genérico.
De tal forma, y en el primer caso que analizaremos, la Casa de Socorro ubicada, coyunturalmente, en uno de los extremos del Mercado del Mantelete- junto al Puerto- necesitará de un inmueble específico, dada su insuficiencia de servicios e imperiosas reformas que, a finales de 1912, se llevarán a cabo en dicho espacio.
Aunque dicha obra no quedará incluida en los presupuestos elaborados en 1914 para el año siguiente, esto no es óbice para la redacción, en los meses de agosto y septiembre, del oportuno proyecto por el Sr. Moreno Lázaro, que se presentará en la sesión correspondiente al día 15 de septiembre de 1915 y será aceptado para su curso e instancias superiores.
Un mes más tarde, se aprobará en sesión plenaria el pliego de condiciones facultativas y económico-legales para la ejecución de las obras, con cargo al siguiente año- 1916-, así como, a mediados de enero de dicha anualidad, se procederá a la adjudicación definitiva de su contrata, en la cantidad de 25.500 pts, a D. José Salvador Urruela.
La Casa de Socorro irá ubicada sobre un solar de 302,40 m2 (177,81 m2 edificados), en las inmediaciones del Bº Obrero- Calle Actor Tallaví-, y estará compuesta por dos plantas: la inferior, para dicho servicio- y el piso superior, para la vivienda del médico.
Su pieza principal, la sala de operaciones, estucada al fuego y con solería de mármol, se instalará al fondo para verse asistida de una rotonda acristalada- ventilación e iluminación natural- en toda su altura.
El exterior, de marcada simetría, horada sus oquedades en los paños laterales, de forma individual o pareada, partiendo de antepechos calados por estrellas de seis puntas – reiteradas en el pretil de azotea- o cruces de brazos idénticos con connotaciones asistenciales en su cromía, que enlazan con columnas de capitel nazarí, a partir del cual se desarrolla el arco de herradura califal, recercado por su alfiz, para recibir el ataurique en sus enjutas.
La portada central, de idéntica arcuación y resaltado dovelaje, quedará amanerada en la desproporción de sus capiteles y el fingimiento estructural de su cincho, para dar cabida al escudo municipal y la nominación del inmueble. En la planta superior, la terna de arcos angrelados desdobla su alfiz para que parta la nacela – con epigrafía árabe- , y evolucionen, sobre ella, dos pisos de arcadas que permiten el vuelo de un remate de retranqueos almenados.
Pero destaca, sobre todo, el resto de su cornisamiento, al darse cita: el positivado de sus merlones – en ladrillo-, y la unión de la aleta y la ménsula que, coronando sus crujías extremas – continuación del zócalo de azulejos-, quedan enlazadas a través de un baquetón anillado, en disposición apaisada, como barra corredera que ha desenrrollado, hasta sus pies, el atuendo muslímico de su semblante.”
Dedica unas líneas también el cronista oficial de la ciudad, Antonio Bravo Nieto en su libro La construcción de una ciudad europea en el contexto norteafricano:
“También de promoción oficial fue la “Casa de Socorro”, según proyecto del ingeniero Tomás Moreno Lázaro. Esta obra de dos plantas era muy superior a todas las anteriores, pudiendo compararse en riqueza decorativa sólo con el Hospital Indígena.
Las fachadas principales (pues la trasera se proyectaba <lisa>), se diseñaban “con huecos y adornos estilo árabe español” mostrando un juego de ventanas geminadas con doble arco de herradura y columnita en la planta alta, mientras en la baja, se abrían amplios arcos del mismo trazado.
La portada principal se resaltaba con la puerta de acceso, y sobre ella una galería de tres arcos de herradura enjutados sobre finas columnitas; rematando el edificio una potente cornisa compuesta y algunas almenas escalonadas califales.”
En El Telegrama del Rif de 23 de octubre de 1916 se daba cuenta de la finalización de las obras de la Casa de Socorro:
“LA NUEVA INSTALACIÓN DE LA CASA DE SOCORRO
Edificio terminado
Han tenido conclusión las obras del edificio levantado junto al de la Sanidad Marítima en la calle del general Polavieja, con destino a la instalación de los importantes servicios de la Casa de Socorro que hasta ahora se encuentran en uno de los extremos de la plaza del Mercado, en el Mantelete.
Se trataba de una mejora absolutamente necesaria, planeada en tiempos del general Arráiz y terminada en los del general Monteverde, pues los aludidos locales del mercado público eran notoriamente insuficientes y en ellos no podía prestarse la asistencia médica en las debidas condiciones.
De aquí que el vecindario vea con verdadero agrado el establecimiento de la nueva Casa de Socorro, al que además de edificio nuevo y digno, se le dotará de todos los elementos conveniente.
Datos de la obra
La edificación levantada es bella y práctica a la vez. En su exterior adopta la ornamentación árabe y el edificio en su conjunto constituye una gala de la calle del general Polavieja con su pintoresco aspecto.
Una magnífica puerta de acceso al amplio vestíbulo y a uno y a otro lado de éste se abren pasos que conducen, el de la derecha, a una habitación destinada a enfermería en la que se colocarán dos o tres camas para los casos en que las personas asistidas no tengan peligro en su inmediato traslado y hayan de ser momentáneamente hospitalizadas.
Al otro lado hay una pieza, que aunque no está determinada se dedicará probablemente a despacho del médico director de la Casa de Socorro y lugar de reunión y descanso de los demás facultativos.
Al fondo se ha construido una magnífica rotonda destinada a sala de operaciones de urgencia, local que constituye una verdadera preciosidad y en la que la luz entra a raudales por cuatro inmensas ventanas que limitan el anfiteatro.
El suelo es de magníficas losas de mármol y los basamentos de bruñido estuco, haciendo todos los materiales empleados facilísima la limpieza, gracias además al servicio de aguas que como luego se dirá es abundantísimo.
Queda por mencionar otra sala para el médico de guardia y otra para los practicantes, teniendo todos los departamentos los huecos necesarios para su debida luz y ventilación.
Las obras de resistencia, columnas, puentes, vigas y cubiertas son de cemento armado y esmerada mano de obra.
En la planta principal están las habitaciones del médico director, instaladas con higiene y confort y la azotea se extiende sobre la sala de operaciones, adoptando su misma forma.
En el amplio patio hay una caseta para resguardo del motor que eleva las aguas de un pozo a dos depósitos de cemento armado de 500 litros, colocados en la parte más alta del edificio, de donde parte la tubería para la distribución de aguas.
Las obras han sido proyectadas y dirigidas por el ingeniero de la Junta capitán Moreno Lázaro, quien ha obtenido un verdadero triunfo en su empeño, habiendo sido hechos los admirables trabajos por “La Constructora”.
El servicio facultativo
No entregado todavía el nuevo edificio y faltando dotarle de los muebles necesarios, nada podemos decir acerca de la forma en que ha de quedar organizado el servicio y hemos de limitarnos a consignar el que en la actualidad se presta, toda vez que pocas variaciones ha de tener, aun cuando si se espere una positiva mejora, a saber: la de que durante la noche haya siempre un facultativo en el Puesto, cosa que ahora no sucede.
Es director del servicio el veterano médico decano de la Beneficencia municipal don José álamos, que tiene a sus órdenes a otros cinco médicos, que son don José García Viñas, don Jorge Solanilla, don Ramón F. Salazar, don Manuel Pérez Rodríguez y don Rodrigo de Soto y Diego.
A dichos facultativos auxilian los practicantes don Pedro Aranda, don Félix López, don Antonio Rivas, don Alfredo soto y don Manuel Mármol, como supernumerario este último.
El servicio diurno se presta por lo que a los médicos toca, en la siguiente forma: De ocho a diez Sr. Salazar, de diez a doce señor Soto, de doce a catorce, señor Solanilla, de catorce a diez y seis, señor Pérez, de diez y seis a diez y ocho señor García Viñas, de diez y ocho a veinte, director don José álamos que además sustituye a sus compañeros en la ausencia o enfermedades.
No hay que olvidar que los médicos tienen a su cargo la asistencia domiciliaria.
El centro consta además de dos mozos que son Juan Garrido y Juan Crespillo.
El servicio, pues consiste en una consulta de médico y practicante desde las ocho de la mañana a las ocho de la noche y a ella concurren todos los enfermos que pueden salir de su casa, siendo naturalmente además asistidos todos cuantos han sufrido accidentes de cualquier clase en la clínica de urgencia. Desde 1º de Enero hubo 1.500 asistencias de accidentes de urgencia.
El señor Álamos está además encargado de la cura o asistencia en la Casa de Socorro de las personas que no figuran empadronadas en distritos determinados, por ser transeúntes.
Durante la noche queda un practicante de guardia sabiéndose siempre dónde se encuentra el médico de turno, para avisarle inmediatamente en caso necesario.
Respecto a la importancia del servicio baste decir que pasan de cien las personas que desfilan diariamente por la Casa de Socorro, de ellas 40 por lo menos, de cura.
El material
Para la nueva Casa de Socorro está dispuesto el material preciso que se adquirió por la Junta de Arbitrios a propuesta del Jefe de Sanidad don Estanislao de la Santa, figurando en él una magnífica mesa de cristal para operaciones, hermosas vitrinas y buen instrumental, material que hasta ahora no se ha utilizado por no consentirlo el deficientísimo local de que se dispone.
Para el porvenir
La nueva Casa de Socorro quedará establecida en un punto bastante céntrico, pero el crecimiento de los barrios aconsejará quizá antes de mucho tiempo montar otra Casa para los del Real y el Hipódromo.
La que ahora se ha construido no podía alejarse más del puerto, porque esta parte de la ciudad es la que mayor número de accidentes da por lo que parece a propósito el lugar elegido.
Nuestra visita
Movidos por la curiosidad, indispensable en el periodista, hemos, visitado la nueva Casa de Socorro, al parar frente a su flamante edificio y la impresión obtenida no puede ser más satisfactoria.
Melilla podrá mostrar orgullosa ese servicio municipal, tan luego como esté establecido en la forma en que se piensa.
Al salir del edificio hubimos de recrearnos una vez más en la linda fachada arábiga, sin balconaje, que recorre una hermosa balaustrada de cemento artificial y remata una cornisa de arcadas. Brillantes azulejos adornan los huecos, dando una nota en extremo alegre.”
En la edición del día 4 de este mismo diario publicaban la noticia de la inauguración de la Casa de Socorro:
“La inauguración de ayer
La nueva Casa de Socorro
A las cuatro de la tarde de ayer tuvo lugar el acto inaugural de la nueva Casa de Socorro.
Asistieron a aquel el general Monteverde, subinspector de Sanidad Militar señor Cardín, vocales señores Fernández Capalleja e Izaguirre, ingeniero señor Moreno Lázaro, médico primero secretario de la subinspección señor Pellicer y médicos señores Álamos, Fernández Salazar, Soto (don R) y Moreno que sustituye actualmente al señor Solanilla.
Los médicos ofrecieron a los concurrentes al acto un delicado “lunch”. Al descorcharse el champaña, el señor Álamos como director del nuevo establecimiento, brindó por el general Monteverde haciendo votos para que éste continúe beneficiando a la población como hasta ahora y dándole las gracias en nombre del vecindario por la terminación de obra tan altruista.
El señor Álamos terminó levantando también su copa por los médicos a sus órdenes, a quienes dedicó halagüeñas palabras.
Contestó el general Monteverde que agradeció las palabras del director de la nueva Casa de Socorro, agregando que siempre estará al lado de todo cuanto contribuya al bienestar moral y material de Melilla, a la que tanto cariño profesa.
Sus últimas palabras fueron para expresar su deseo de que el Puesto de Socorro se trasladado enseguida a la nueva casa.
Cerró el brindis el subinspector señor Cardin, que contestando a una alusión del general Monteverde dijo que los médicos procurarían introducir cuantas economías permita el servicio, sin desatender por eso a los enfermos y a cuantos reciben auxilios facultativos por cuenta de la Beneficencia municipal.
El acto terminó a las cinco de la tarde. Conforme con los deseos expresados por el general Monteverde, hoy mismo dará comienzo el traslado del puesto de socorro, a su nuevo y hermoso local.”
[Bibliografía: Salvador Gallego Aranda. Arquitectura neomusulmana melillense (1904-1924): ensayo de inventario I. Universidad de Granada.1999
Antonio Bravo Nieto.La construcción de una ciudad europea en el contexto norteafricano. Universidad de Málaga.1996]