Conociendo nuestro patrimonio Casa Vicente Martínez

Bello edificio en el barrio General Gómez Jordana con fachadas a las calles García Cabrelles y Cardenal Cisneros, conocido popularmente por el nombre de su propietario que lo es también del comercio familiar que desde hace ya varías décadas se halla en la planta baja.

El doctor en Historia Salvador Gallego Aranda lo describe del siguiente modo:

“Con este inmueble, de ejecución paralela al anterior, concluye la relación de edificios, diseñados por el Sr. Nieto, ubicados en la “Manzana” del Barrio del General Gómez Jordana, que se completará, en el mismo quinquenio, con el proyecto de casa- c/ Lope de Vega,4- del arquitecto D. José González Edo para le contratista D. Joaquín Burillo.

Lo inconcreto del inicio del expediente de construcción viene motivado por la falta de precisión en las fuentes obtenidas de su expediente, no obstante, podemos casi aseverar, dada la señalización de los arbitrios para la edificación (1928) que el proyecto se remonta a finales de la década de los veinte, si bien, las obras no comenzarán hasta finales de 1931, concluyendo un año más tarde.

Responde a lo anterior que el estilo empleado por el barcelonés venga a recordarnos presupuestos preexistentes a la concepción estilística empleada en un proyecto posterior como es el de su predio que, por otra parte, estará libre de cualquier tipo de condicionantes formales por parte de las propiedad.

El edificio se compone de planta baja- fines comerciales- y tres pisos- viviendas, accediéndose a los mismos por la calle Cardenal Cisneros. Junto al Sr. Nieto, colaborarán estrechamente en las obras el ebanista-carpintero D. Adolfo Hernández y el cerrajero D. José Palomo. De cuatro vanos por planta, la concepción estructural y estilística es idéntica para ambos paramentos, con la salvedad del número de luces contenidos en sus cierres centrales a los que, para la fachada principal- c/ García Cabrelles-, adicionará una más.

Así, la textura de la planta baja queda condicionada horizontalmente, salvado el zócalo granulado, por las hendiduras dispuestas en una sucesión de platabandas que, a partir de los arcos- deprimidos- de las puertas, buscan otra dirección en la mímesis fingida de su dovelaje. La placa autográfica, de igual tipología que los edificios colindantes, quedará ubicada en el lado de la pilastra

angular más visible.

Los dos primeros pisos quedan centrados por los cierres que arrancan y se rematan por un baluarte corrido, desarrollando, en sus miradores, todo un repertorio ornamental a base de pilares de capitales compuestos, antepechos de secciones cilíndricas, festones y guirnaldas de rosas enlazadas por cintas y pinjantes laterales, todo ello, bajo el reino de las tres bandas.

En los tramos laterales, los vanos rebajados señalan su clave y exornan su intradós por medio de hojas expandidas y tallos ramificados que contrastan con los de la última planta, donde se dará primacía a una moldura con rosca de ovas y dardos, reflejo del cimacio de su cornisamiento.

El portalón de le entrada combina la madera con el hierro en su tercio superior- con trazados curvilíneos. Los batientes de las hojas de acceso se adornan, a modo de dosel, con ramas de hojas pareadas que surgen de la rosa silvestre o de múltiples pétalos.

Las pilastras acanaladas, definidoras de entrepaños, culminan en rostros femeninos alumbrador por la flor natural, cuyas alas desplegadas son fiel remate angelical a un pretendido torso tocado por estilizaciones vegetales. Es. Para el arquitecto, uno de los últimos pasos en el sincretismo figurativo de unos elementos que empezarán a buscar la esquematización de sus formas.

La empresa que se instala en sus bajos había sido fundada en 1914- y estaba situada en la calle 18 de julio del Barrio del Real, así como sucursales de su “Droguería Modelo”, en Alfonso XIII, 18, Polavieja, 7 y Padre Lerchundi, 6 y 8 (1929)- hasta su traslado al inmueble en cuestión, actualmente propiedad de Dª Josefa Sanz Muñoz, viuda de D. José Martínez López- Presidente de la Cámara Oficial de Comercio (1968.1979)-

Años más tarde, concretamente a principios de julio de 1948, actuará de nuevo sobre el inmueble, con la redacción del proyecto para la construcción de una cubierta de cristal pisable con armadura de hierro, en el piso principal, al objeto de dar mayor amplitud al almacén y a la droguería ubicada en la planta baja. Posteriormente, a finales de 1983, se llevará a cabo un proyecto de rehabilitación por el arquitecto D. Juan Carlos César Romero.

Así mismo, el empresario D. Ignacio Martínez Sanz nos informa de las obras de rehabilitación que se están llevando a cabo, desde julio de 2009, bajo la dirección del arquitecto D. Guillermo Remartínez, conservando la solería y el mobiliario diseñado en un pasado para el establecimiento, que, para nuestro deleito, se hace presente.”

El Cronista Oficial de la Ciudad y doctor en Historia, Antonio Bravo Nieto en su obra La construcción de una ciudad europea en el contexto norteafricano también dedica unas líneas a este edificio:

“ A partir de 1927, Enrique Nieto inició un interesante epílogo de su obra modernista. Sin abandonar definitivamente ninguna de las tendencia ya apuntadas, comenzó la proyección de edificios de una gran monumentalidad, propiciado por una intensa etapa constructiva en la ciudad.

Las formas nos remiten a un modernismo a veces muy desdibujado y otras más evidente, aunque siempre denotando una composición académica, clásica, contenida y elegante.

… Sus proyectos más significativos no suelen incurrir tan significativamente en lo ecléctico como este último [Miguel Zazo 11]. Esto ocurre en un proyecto en la calle García Cabrelles nº 3. Denominado “Casa Vicente Martínez”; se trata de una obra realmente destacable, de composición muy determinada por fuertes pilastras acanaladas que recorren verticalmente el paramento, para rematar en capiteles que se transforman en cabezas de mujeres aladas de belleza clásica.

Un amplio mirador, resuelve gran parte de la fachada, donde se entremezclan pilastras jónicas con guirnaldas francesas y círculos secesionistas con balaustres renacentistas, en un conjunto de fuerte abigarramiento y monumentalidad, y que paradójicamente traduce una impresión de contención y elegancia.”

[Bibliografía: Antonio Bravo Nieto. La construcción de una ciudad europea en el contexto norteafricano. Ciudad Autónoma de Melilla.1997.

Salvador Gallego Aranda. Enrique Nieto. Un paseo por su arquitectura. Fundación Melilla Ciudad Monumental.2010]

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