Conociendo nuestro patrimonio La Farola del Parque Hernández

Un monumento, un tanto peculiar, nos recuerda el agradecimiento y cariño de una población por el que fuera comandante general de Melilla, y precursor del parque que ostenta su nombre: Venancio Hernández.

En el blog “El Heraldo de Melilla” de Juan Díez Sánchez y Juan Daniel Díez González, se publicó en 2009 un artículo dedicado a la Farola:

Para honrar la memoria de quien fue principal creador del más importante de los parques de la ciudad, el general Venancio Hernández, se levantó una artística farola hace algo más de cien años en un lugar privilegiado del propio Parque.

Y pasados algunos años esta simbólica columna de iluminación fue trasladada a un extremo del mismo Parque, donde pasa casi desapercibida para os melillenses.

La Farola y El Telegrama del Rif

Gracias al empeño del diario local El Telegrama del Rif, el Pueblo de Melilla pudo tributar un merecido homenaje a la memoria de Venancio Hernández y Fernández (1839 – 1904 ), el general de división que como Comandante General de Melilla y presidente de la Junta de Arbitrios, con su tesón logró transformar en Parque un paraje hasta entonces utilizado por los militares en sus ejercicios y donde además el vecindario arrojaba los residuos sólidos.

El Parque Hernández fue inaugurado en el mes de mayo de 1902.
El Telegrama pudo llevar a la práctica el sentimiento unánime de los melillenses hacía el general Hernández. Siendo el conde la Torre Alta, Jefe de Artillería y antiguo presidente del Casino Militar, quien ante la Junta de Arbitrios, primero tomó la iniciativa de levantar una columna conmemorativa. Más por su excesivo coste la idea no prosperó y quedó en suspenso.

Pero al poco tiempo y una vez fallecido el general Hernández, inmediatamente El Telegrama retomó el tema que precisaba su resolución sin dilatación ante la nueva situación creada con la falta del general.
Pocos días después de fallecido Venancio Hernández, El Telegrama se preguntaba: ¿ Habrá quien recoja y de forma a la idea de perpetuar la memoria del pundonoroso soldado ?

Este mismo diario en su edición del 17 de agosto de 1904 cediendo a reiteradas instancias, recoge la iniciativa y procede a su consecución: “El Telegrama del Rif que tal piensa, cree hacerse intérprete de los generosos sentimientos del noble pueblo melillense, abriendo una suscripción popular para erigir un sencillo monumento, que perpetúe la memoria del Excmo. Sr. General D. Venancio Hernández.
Desde la modesta suma de 10 céntimos a la cantidad de 2 pesetas como cuota máxima, admitimos con el indicado fin”.
A los pocos días este periódico a fin de facilitar la suscripción comunicaba la relación de los establecimientos en los cuales podían encontrarse listas para inscribir sus nombres los interesados, así como efectuar la entrega de las cantidades en metálico.

En total fueron 11 los establecimientos repartidos por toda la ciudad, de ellos 2 en el Pueblo, 4 en el Mantelete, 1 en la Alcazaba, 3 en el Polígono y finalmente 1 en el barrio de Triana.

Podemos mencionar que uno de estos establecimientos colaboradores, Casa Montes, aún sigue abierto al público.

El 20 de agosto de 1904 se publica la primera lista de la suscripción pro monumento al general Hernández, encabezando la relación Cándido Lobera, director de El Telegrama, con dos pesetas.”

Rápida fue la respuesta de los melillenses a esta iniciativa. El día 19 de agosto aparecía la siguiente nota:

La Suscripción para el monumento Hernández

Con el fin de facilitar la suscripción e irrogar las menores molestias a las personas que deseen contribuir al homenaje que trata de tributarse al difunto General Hernández, hemos acordado puedan verificarse las inscripciones en los siguientes establecimientos:

Plaza

Bazar de “La Estrella Oriental” y Confitería de D. José Ruiz

Mantelete

Economato Militar, Almacén de D. Samuel Salama, Café “Diván España” y Almacén de D. Miguel Bernardi.

Alcazaba

Establecimiento de D. Ramón Postigo.

Polígono

Panadería de D. José Muñoz, Almacén de Saldos de D. David Charvi y Almacén de D. José Montes.

Triana

Almacén de D. José Montes.

En los establecimiento indicados, encontrará el público listas donde podrán inscribir sus nombres y entregar la cantidad que se suscriben.

A diario se hará entrega de las cantidades recaudadas nuestro apreciable amigo el Oficial primero de Administración Militar don Felipe Sánchez Navarro, publicándose en EL TELEGRAMA las listas de donantes.

Mañana comenzaremos la publicación de la primera lista.

Los señores comerciantes que en sus establecimientos deseen abrir listas particulares, podrán, efectuarlo y EL TELEGRAMA les agradecerá su generosa iniciativa.”

El 21 continuaban las relaciones con los nombres de las personas que tenían a bien colaborar en este homenaje al general Hernández. En el periódico de este día se decía también que en la redacción: “recibimos cartas de personas de todas las clases sociales, aplaudiendo nuestra iniciativa, adhiriéndose al proyecto. Bien quisiéramos disponer de espacio para trascribir íntegras las susodichas cartas, pero ante la imposibilidad de hacerlo, reproduciremos algunos párrafoszzz de esos escritos:

Una respetable persona cuyo nombre nos está vedado revelar nos dice:

“Bien puede calificarse de feliz la idea por V. concebida y lanzada a la publicad de erigir un monumento que perpetúe entre las generaciones venideras la honrada memoria del bizarro militar y cumplido caballero, que en vida se llamó D. Venancio Hernández y Fernández;: huyendo de comparaciones siempre enojosas, puede afirmarse que a ningún Comandante General “debe tanto la Plaza de Melilla”.

“Con todo mi corazón, que guardará perdurable recuerdo de las atenciones y bondades que para mi tuvo el General, me asocio a su proyecto”.

Un bravo Jefe del Ejército dice “que es justo tributo a los méritos del finado al que se trata de rendirle”.

Los industriales Sres. Cabo (D. Joaquín) y Buenaposada, se expresan en parecidos términos y como los anteriores, suscriben en nuestras listas a todas las personas de la familia, incluyendo a sus hijos más pequeños.

Algunos soldados de la guarnición nos han enviado pequeñas cantidades, demostrando esto las simpatías que el difunto General contaba entre los soldados.

En las listas colocadas en los establecimientos que indicamos se inscriben modestos obreros, artesanos y moros.

El señor Coronel de Artillería, presentó una proposición en la Junta de Arbitrios relacionada con la suscripción, aceptándola la Junta por unanimidad y en la próxima sesión que se celebre se discutirá.

Nosotros esperamos, que si en vida del General, tomó un acuerdo la Junta respecto a colocar una lápida en el Parque Hernández, para honrar su memoria, dará hoy más amplitud a ese proyecto.”

Volviendo al texto publicado en El Heraldo de Melilla:

En la segunda lista el popular oficial de Artillería José Barbeta también aportó la cantidad máxima: 2 pesetas. Un día después los ejemplares de El Telegrama reproducen párrafos de cartas de adhesión al proyecto, pues son muchos los apoyos.
Transcurrido un mes de iniciada la suscripción pública, ésta ya había superado todas las expectativas, no obstante de estar abierta a todas las clases sociales y en ella primar la participación del mayor número de melillenses ante el importe de lo recaudado.
Terminada la Suscripción Pro Monumento al General Hernández, el 29 de noviembre de 1904 el Telegrama puso a disposición de la Junta de Arbitrios la cantidad de 649 pesetas con 50 céntimos, y una vez que el Municipio decidió admitir dicha suma, aprobó completarla hasta reunir 1.500 pesetas.

Un dinero considerado suficiente para que el ingeniero de la Junta Presentara el oportuno proyecto. Aprobado el boceto y tras cinco años de espera, por fin quedó emplazado el monumento, la farola, en homenaje a Venancio Hernández el día 17 de abril de 1909.
Instalándose esta farola en el paseo central, en una rotonda situada al final del Parque Hernández, sobre una base de tres escalones en cuyos extremos unas columnitas sostenían un simbólico cierre de cadenas.”

La noticia era publicada al día siguiente en El Telegrama del Rif:

La columna del Parque

En la rotonda O. del delicioso Parque de Hernández, se alza ya la columna conmemorativa de la apertura de los jardines y paseos en que en buena hora pensó el General Gobernador de aquel apellido.

El pueblo de Melilla, secundando generoso, reconocido y justo, la iniciativa de EL TELEGRAMA DEL RIF, dio su dinero para perpetuar el acuerdo feliz del General Hernández, y la Junta de Arbitrios contribuyó con sus fondos a realizar de la manera mejor posible el pensamiento que nosotros expusimos en estas columnas.

Allí está la artística columna, esperando los focos eléctricos que han de lucir en su cima, para mayor belleza del Parque.

En su base, algunas líneas grabadas en el hierro, hará que perdure el recuerdo del vecindario hacia el inolvidable general.

La inscripción dice así:

Homenaje de gratitud a la memoria del Excmo. Sr. Don Venancio Hernández Fernández, General de División, Comandante General de Melilla y fundador de este Parque.

Esta ofrenda fue costeada con los fondos de la suscripción pública abierta por EL TELEGRAMA DEL RIF”

La Junta de Arbitrios, no solo se ha limitado a engrosar la suma de la suscripción, sino que ha colocado a su costa la columna sobre escalinata de mosaico artificial y tiene el propósito de rodearla de poyos enlazados por cadenas que armonicen con el estilo de la gran farola.

Por ello debemos gratitud al General Real que hoy preside la Junta, el cual ha hecho cuanto de su parte estaba para que el recuerdo al General Hernández fuera lo más hermoso posible.

Por nuestra parte no hay que decir con cuanto placer hemos visto levantarse en la rotonda O del Parque la conmemorativa columna erigida por la voluntad de este pueblo que no da el olvido las mercedes recibidas.”


“Camino del olvido
Al igual que el templete de música y fuentes que fueron levantadas en el cruce del paseo central del Parque Hernández, la farola homenaje a Venancio Hernández no permaneció mucho tiempo en su primitivo emplazamiento. En los años treinta y al desaparecer la rotonda denominada de Riego, antes Plaza Hernández en honor al general, y posteriormente llamada Plaza Bandera de Marruecos.

La farola fue trasladada a donde hoy se ubica, un extremo del Parque frente al edificio de la Comandancia General. Como si esta farola dedicada a honrar la memoria de un ilustre español, hubiera sido iniciativa tan sólo del estamento militar de Melilla.
Creemos que la pérdida de protagonismo de la farola en el periodo de la II República, sencillamente se debió a que homenajeaba a un militar y entonces al estamento castrense ideológicamente se le vinculaba con la Monarquía, la represión y los conflictos a veces gratuitos impulsados por los profesionales de la guerra para demostrar su valía.

Aquellos republicanos olvidaban que la mayoría de los militares aborrecen las luchas; pero queriendo lo mejor para los suyos, para su país. Ofrecen su sacrificio, todo cuanto tienen, sus vidas cuando es menester. Mientras que en la paz y cuando surge la oportunidad saben aplicar con éxito su formación técnica y dotes organizativas, y porque no, talante humanista en provecho de una sociedad de la que son parte.

Muchos han sido los ingenieros militares en Melilla, que desde el anonimato y durante muchos años han laborado dejándonos su obra. E igualmente, otros insignes melillenses incluso dejaron la milicia por su afán de servicio; nos referimos a Cándido Lobera, fundador y director de El Telegrama, y Pablo Vallescá, impulsor, fundador y presidente hasta su muerte de la Cámara de Comercio de la ciudad.
Así pues, la farola homenaje constituye para los melillenses un permanente testimonio de recuerdo hacía Venancio Hernández y esos otros muchos militares que día a día se esfuerzan por forjar una sociedad mejor.
Debemos recordar que el general Hernández además de crear el Parque que lleva su nombre, transformó en paseo lugar de recreo el Muro X, actual Avenida del general Macías, creó los barrios de Santiago, y Triana, y puso en marcha la idea de construir la Plaza de España.

Fue todo un soldado de la Paz de quien Jaime Tur, fundador y director de La Gaceta de Melilla, alabó su modestia, caballerosidad sin límites y honradez sin el menor atisbo de mancha. Escribiéndose también en el Telegrama de fecha 17 de agosto de 1904: “Un título no consignado, agiganta la figura del general Hernández, y es, el haber sacrificado su ambición personal, el bienestar de los suyos, en aras de la Nación y de la vida del soldado.

En más de una ocasión pudo romper las hostilidades con los fronterizos y en acción de guerra ganar el segundo entorchado y sin embargo, encontró fórmula para dejar bien puesto el nombre español sin recurrir a extremos que hubieran costado muchas vidas y no poco dinero a nuestra Patria”.

En los primeros días del mes de enero de 1904 en una de las sesiones de la Junta de Arbitrios, concretamente en la del día 18 el coronel de Artillería miembro de la misma proponía que ya que había desaparecido la tabla en la que figuraba el nombre del parque, se debía de poner una columna que de manera permanente perpetuase a quien había sido su precursor. Todo ello a sabiendas que no sería del total agrado del general, hombre extremadamente modesto.

En mayo, en otra de las sesiones de este organismo se continuaba tratando la mencionada cuestión. El presupuesto para erigir el monumento era de 27.770 pesetas, debiendo el ingeniero de la Junta redactar un nuevo proyecto y contactar también con empresas que trabajasen producciones artísticas.

La inesperada muerte del general Hernández en agosto pudo ser tal vez la causa de que no se volviese a tratar el tema hasta que días después y como hemos tenido la oportunidad de leer anteriormente, es El Telegrama del Rif el que se erige en portavoz e iniciador de la suscripción para recabar fondos.

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