Conociendo nuestro patrimonio Monumento a Pedro de Estopiñán

Obra del escultor Restituto Martín Cano se encuentra ubicado en la actualidad en la plaza de Pedro de Estopiñán en Melilla la Vieja.

Datos técnicos.-

Escultura exenta modelada en bronce de Pedro de Estopiñán, representado con traje militar, armadura y con la espada en alto y un estandarte en la mano izquierda. Se encuentra sobre un basamento rectangular de piedra, en cuya parte frontal está grabada la leyenda: “EL PUEBLO DE MELILLA A D. PEDRO DE ESTOPIÑÁN 1497-1970”. La parte inferior del pedestal tiene grabada una rama de laurel.

La figura está realizada en bronce y media dos metros de alto, sobresaliendo la bandera 80 centímetros. El pedestal de piedra del Gurugú mide dos metros y medio.

En noviembre de 2012 sufrió un atentado en el que se le apuntó el brazo derecho. Fue restaurada posteriormente por el escultor melillenses Mustafa Arruf.

El autor.-

Nació en Condemius (Guadalajara). Premio Nacional de Escultura en 1943. La escultura la realizó tras ganar el concurso convocado por el Ayuntamiento de Melilla y fue inaugurada por Francisco Mir Berlanga, Alcalde, Delegado del Gobierno y Cronista Oficial de Melilla, el 17 de septiembre de 1970.

Historia.-

Esta inauguración se celebró en la víspera de la primera visita de Don Juan Carlos y Doña Sofia, siendo príncipes de España.

Su primera ubicación fue en la plaza que llevó su nombre y que actualmente se denomina Yamín Benarroch y que antes de su colocación llevaba el nombre del alcalde Marfil García.

El 29 de mayo de 1996, fue trasladada al primer recinto de Melilla la Vieja, en la Plaza que lleva su nombre, con la intención de instalarla en un lugar adecuado para la celebración del V Centenario de la ciudad.

Pedro de Estopiñán.-

Para conocer su figura reproducimos lo escrito por Constantino Domínguez Sánchez en su obra Melillerías.

“No vamos a hacer una biografía, vamos tan solo a dar a conocer algunas noticias biográficas del conquistador de Melilla, noticias que en gran parte hemos encontrado al realizar nuestras investigaciones y antes de comenzar diremos que de las cuatro maneras de escribir el apellido de aquel: Estopiñán, Estupiñán, Stopiñán y Stupiñán, que encontramos en diferentes obras y autores, elegiremos la primera, como más usual y admitida desde fines del siglo XVI.

Pedro de Estopiñán, del orden de Santiago, hijo de Ramón y de doña Mayor de Virués, nobles jerezanos, procedía del claro linaje de don Ramón, señor y Barón del Castillo de Estopiñán en las montañas de Jaca, oriundo al parecer de Alemania; los hermanos de don Ramón y don Bernardo, descendientes de don Ramón, se desnaturalizaron a consecuencia de luchas civiles y abandonaron a los reyes de Aragón, entraron al servicio de los de Castilla, obteniendo repartimientos, aquel en Cádiz y en Jerez el segundo, cuando estas hermosas ciudades fueron reconquistadas por los monarcas castellanos.

Dice Cambiazo en su “diccionario de personas célebres de Cádiz”, que era Estopiñán natural de dicha ciudad, pero Barrantes en sus ilustraciones de la Casa de Niebla, asegura que era de Jerez y esto mismo afirma el Capitán Alcázar descendiente de nuestro héroe, y cuya opinión parece la más acertada; don Diego de Parada y Barreto en sus hombres ilustres de Jerez de la Frontera, dice también que en todas las Reales Cédulas se hace constar que era natural de esta última ciudad, donde tenía su solar en las casas llamadas de Francos (Es este nombre el de una calle y no el de unas casas, según nuestro docto amigo, el distinguido capitán de Infantería y escritor don Juan Moreno de Guerra, al que debemos no pocas de estas noticias) y sus enterramientos en San Salvador y San Marcos, siendo sus armas un pino sobre ondas del mar, con dos estrellas rojas sobre campo de oro y una orla azul con el lema “Soli Deo Honor et Gloria”.

Cuéntase que en cierta ocasión paseaba la Duquesa de Medina Sidonia por la playa de Conil, presenciando la llegada del atún de sus ricas almadrabas, cuando se presentó de improviso una galera berberisca que apresó una de las barcas, se la llevó y lazó la bandera de rescate; para tratar fue a aquella un caballero del séquito de la noble dama, el cual, irritado por las exigencias del capitán pirata, se arrojó sobre él, lo tiró al agua y se echó él detrás; su barquilla recogió al ambos y los llevó a tierra, con lo que se consiguió fácilmente el rescate que tantas dificultades ofrecía: este caballero era Estopiñán.

Cuando el Duque de Medina Sidonia preparó la expedición a Melilla, dio el mando de ella a Estopiñán, como puede verse en Barrantes; asegurada dicha plaza regresó Estopiñán a España y le duque le envió a dar cuenta a los Reyes de la conquista, de la que holgaron tanto aquellos, que nombraron al conquistador Caballero Veinticuatro de la Ciudad de Jerez de la Frontera.

Al año siguiente, en 13-4-498, firmó Estopiñán en Alcalá de Henares, como Contador del Duque y en unión de Martín Bocanegra, Alcaide de Medina Sidonia, ambos en representación de aquel, el asiento que con el mismo celebraron los Reyes sobre la tenencia y guarda de la ciudad de Melilla y poco después, con una armada del duque y llevando consigo al capitán García de León, después de proveer a Melilla, fue a Bucifar, cerca de Orán, a par de las Alhabibas y la saqueó, llevando un gran botín para Sanlúcar.

Debió pasar más tarde Estopiñán al Servicio de los Reyes Católicos, porque el capitán Alcázar afirma que estando Colibre cercado por una escuadra francesa, ordenó desde Gerona el Rey Fernando en 11-10-503 que fuera Estopiñán con la suya a socorrerla, haciéndolo así y derrotando la escuadra enemiga, lo cual contribuyó a que Francia pidiera la paz.

Cambiazo, por su parte, dice lo mismo y transcribe la R.C. refrendada por Fernando de Zafra, ordenando al Comendador Pedro de Estopiñán que acudiera con su escuadra, más seis galeotas armadas que había de darle Martín Fernández Galindo; pero afirma que no tuvo ocasión de cooperar al levantamiento del sitio por haberlo alzado el francés al acercarse el ejército de tierra mandado por el mismo rey.

Añade Cambiazo, y de su opinión es Parada, que éstos y otros varios servicios de guerra fueron recompensados con el nombramiento de Adelantado de Indias y Gobernador de Santo Domingo y que al ir a tomar posesión de su cargo, pasó por el Monasterio de Guadalupe (Cáceres) en cumplimiento de un voto y en él murió envenenado.

Cuenta que Estopiñán salió una mañana de paseo y sofocado por el calor se sentó a descansar en una piedra, en ocasión en que pasaba un truhán con un melón en la mano, el cual le preguntó si quería una tajada y habiendo contestado afirmativamente el caballero, pasó aquel el cuchillo por una toalla que llevaba al hombro, partió una tajada y se la dio; apenas comió Estopiñán, se sintió indispuesto y murió poco después.

Parada, copiándolo quizás ya de la mencionada obra de Bartolomé Gutiérrez, dice que el sepulcro de Estopiñán tiene la siguiente inscripción: “Aquí yace el muy magnífico caballero, el Comendador Pedro de Estupiñán, Adelantado de las Indias y Nuevo Reino y Gobernador y Capitán General de la Isla de Santo Domingo”. Cambiazo añade “año 1516”.

Dejando a un lado el supuesto envenenamiento pues bien pudo hacer daño a Estopiñán la tajada de melón tomada en desfavorables condiciones fisiológica y dando por cierto y bien probado que su fallecimiento tuvo lugar en el expresado Monasterio el 3-9-505, nos parece extraño que el Comendador ostentase los títulos de Adelantado y Capitán General.
No cabe duda de que éstos tienen más importancia y más relieve que los de Caballero y Contador del Duque y es seguro por lo tanto que en cualquier ocasión serían los preferidos.

Pues bien, en el libro de sepulturas que se conserva en el mencionado Convento de Guadalupe, hay una partida que, copiada literalmente, dice:

“En IIII de setiembre de DV (505) enterraron en este arco a pedro estopiñán Cavallero principal e contador del duque de medina sidonia: Diosele para su cuerpo hasta que se vea su testamento y la voluntad de su mujer que bive en Sevilla, si es que se queda aquí im perpetuum e entonces dotara a este arco e sepultura segund lo dexo concertado el Capitan su hermano que vino A este su enterramiento. Solamente pago luego dos mil mrs por la abertura”.

La lápida sepulcral del enterramiento a que hace referencia la preinserta ano no existe hoy día: a mediados del siglo XVIII desaparecieron los mausoleos y piedras sepulcrales del Monasterio para ponerle nuevo pavimento de mármol, con ello se perdieron las antiguas inscripciones y se pusieron en el lugar de los de las personas más caracterizadas, unos azulejos de Talavera de 27×26 cm2, colocados sobre el muro de la iglesia a metro y medio de altura sobre el suelo. El de Estopiñán dice: “HIC JACET S.PEDRO ESTOPIÑÁN, CABALLERO Y CONTADOR DEL DUQUE DE MEDINA SIDONIA.

Claro que si Estopiñán hubiera sido Adelantado y Capitán General no se hubieran omitido estos títulos, ni en la partida de defunción ni en la inscripción que literalmente hemos copiado, sobre todo tratándose de persona a la que se profesaba especial afecto en la santa casa de Guadalupe.

Corrobora nuestra opinión la circunstancia siguiente: en el tomo octavo de la Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España, figura una carta que en 6-7-505 (dos meses antes de la muerte de Estopiñán), dirigió Felipe I, desde el Real sobre Arnán al Comendador Estopiñán, Contador del Duque referentes a asuntos de su servicio, y en otra de 10 del mismo mes, dirigida al duque, se hace también mención de Estopiñán.

De ser cierto pues, el nombramiento de Adelantado tuvo que ser hecho con posterioridad a la fecha última citada, por don Felipe y no por don Fernando.

Por último, el Capitán Alcázar en el documento ya mencionado, que por su índole y objeto había de tender más bien a exagerar que a menguar los méritos de sus antepasados, no hubiera omitido seguramente aquellas dignidades, si Estopiñán las hubiera poseido; nos parece, pues, muy probable, que si alguno de dicho apellido fue Adelantado de Indias y Capitán General de Santo Domingo, no debió ser el insigne conquistador de Melilla.

[Bibliografía: Catálogo de monumentos y placas de la Ciudad Autónoma de Melilla. AAVV. Fundación Melilla Ciudad Monumental.Melilla.2007]

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